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martes, 29 de abril de 2008

Capítulo 23

XXIII
Pese a la sombra acechante de Marco Antonio, por una parte, y de las consecuencias que todas aquellas sensaciones conscientemente experimentadas podían acarrearme, no obstante, a la noche siguiente volvía a recluirme en mi gabinete, la fina luz lunar algo más palpable.... De nuevo, el mismo impulso repelente ante el aroma dulzón y agrio ... ¿realmente lo aguantaría hasta el final?.... Impregnado en torno a las cuentas de color oro rojizo que rodeaban mi cuello y caían hasta tocar mi cintura, aquel tenue resplandor cristalizado que se confundía con aquella nota casi líquida desprendida del arpa y que hallaba en aquella voz que pudiera ser la mía.... desplegando-se dentro de mí , a mi alrededor….arremolinándose en torno a mis pensamientos…. ¿Podría yo dominar esta náusea que nacía? Decidí mirarla de frente, contemplar eso que se agitaba agrio por mi garganta, debilitándome, haciéndome sentir cobarde, recordándome cuán reducida era…. nada que ver con el Nuevo Alejandro o aquella fuerza divina reencarnada en Reina al oriente del mundo romano …. Definitivamente, fue esto lo que me hizo creer que poseía un poder innato para poder mirar a los ojos al estremecimiento que sacudía mi propia raíz como un áspid que ascendiera ondulante a través de mis centros vitales, aquellos nudos de poder que estaba intentando potenciar …. El áspid, ¿una cobra?, se había erguido frente a mí, burlón…. “Calpurnia, simple Calpurnia…. ¿Con quién pretendes competir?” …. Recordé las serpientes de la sabiduría de las que tanto hablaban los sacerdotes galos….y me tranquilicé…. Intenté escucharle…. No….. ¿dónde estaba? Mi voz reverberaba en el “cubiculum” , pulsando aquella cuerda del arpa que emitía una nota algo menos grave que la del día anterior… Pestañeé y vi todo mi entorno habitual con toda nitidez. “Bien…. Al menos no ha sido traumático”
Pasaron varios días en los que, como era habitual, fui visitada por Maria, Porcia y Cornelia, quienes, resignadas, me comentaron el discurso, bastante previsible, que Marco había pronunciado frente al desecho aún humeante que había sido el templo de Bellona y cómo había cautivado al público que atiborraba los alrededores.
- Bien…. Él no es sino uno más de su camarilla…. La demagogia, lo sabéis, es contagiosa…. Una especie de corriente invisible que comienza a circular a través de Clodio, después afectó a Curión ….Y finalmente a Marco…..
Ellas me contemplaban, más que silenciosas, absortas…. Habían notado, confusas, como mi voz iba tomando una tonalidad…. cálida, incluso melodiosa, llena de matices….coloreados…. La luna llena ya bañaba con su luz fértil los cipreses y pinos del peristilo…. En contra de lo que me esperaba, las siguientes etapas de aquel ¿aprendizaje? no supusieron un tributo personal arriesgado. Ya desde el momento en que practiqué con topacios, sentí que aquel reflujo salobre que se apoderaba de mi mente se mantenía apaciguada y mientras que mi voz y la notas del arpa se fundían en un fluir, una conciencia serena y profunda a través del centelleo amarillo me poseyó, no con imágenes concretas y delimitadas sino con la certeza de que yo era realmente sabía y poseía fuerza ….o que al menos yo comenzaba a ser sabia y a poseer fuerza…. Me mantuve contemplando aquella conciencia de mi capacidad hasta que los diálogos reanudaron su diálogo de cada madrugada, justo una hora antes del amanecer…. Y al atardecer siguiente, a través del jade y las notas que iban adquiriendo un matiz más luminoso, contemplé en mi voz todo aquello que daba forma a mis sentimientos, la capacidad de estremecerme, aquel latir incorpóreo paralelo al de mi sangre…. Y las siguientes noches, mientras el vientre de la luna iba creciendo, ante mí se fue mostrando gradualmente aquella Calpurnia potencial que vivía conmigo desde que fui gestada…. Y el día que regía el cielo una luna inmensa, pletórica, casi teñida de púrpura pálida….. pudieran quizás ser aquellas amatistas una especie de cadáver cuya tenue transparencia sólo evocaba en parte aquella fuerza generadora de vida y refulgente que había generado el ser interior de aquella cuya voz maternal, casi de sibila, reverberaba en mi interior, desde hacía tiempo, de aquellos seres primigenios que compartían su naturaleza….y la mía…. Aquel poder fecundo y esclarecedor que, según el lugar y la época fue llamado Tanit…. Isis….Astarté….Tellus…. Artemisa….Keridwenn…. Rhiannon…. Bona Dea…. Magna Mater…. Se me escapaba la voz de los dedos que pulsaban aquella última cuerda del arpa, ascendiendo hacia el perfume de los pinos fecundados con luz marfileña…. ¿estelas de fuerza ambarina, carmesí, esmeraldina, tornasolada, púrpura….que , como inmensos pájaros, se perdían más allá del cielo implacablemente negro que guardaba el Palatino….? ¿Pudiera haber sido real, el hecho de que mis notas, como una energía más allá de mi ser carnal, me hubiera hecho cernerme sobre toda Roma, trascendiéndola, ascendiendo a esferas más allá de lo tangible, desprendiéndose de sus destellos de rubí, zafiro o topacio para, reducido a la desnudez de su armonía más sutil, fundirse con aquel fluir más invisible, inconcebible para cualquiera de nosotros, vivo desde siempre…..? No, no podía dejarme llevar…. Calpurnia… No eres una sombra engullida por ese ser o fuerza que yace más allá de nuestro entendimiento…. Eres una mujer concreta que ha de ….¿afirmar su orgullo? ¿conservar a su hombre?
Y una sólida Calpurnia había emergido, la voz modulada por los rituales ….Calpurnia….¿aún soy Calpurnilla?....Marcia y Porcia, disimuladamente, se miran confundidas ante el centellear de mi mirada intensa y cuán pausados y medidos que se han vuelto mis ademanes…. Dioses…las estoy cohibiendo….¿es éste el precio a pagar?

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