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jueves, 24 de julio de 2008

Capítulo 49


XLVIX
- Calpurnia.... – Nunca antes habían pronunciado mi nombre con aquella aspereza que me
despertó de aquel sueño en el que me había sumido, sucia y exhausta.... Me incorporé
sobresaltada, tapándome impulsivamente : aquellos ojos que me escudriñaban no eran los de un
esposo. Te contemplé con la lengua seca.
- Calpurnia... me dirijo al Senado.... Después, me acuartelaré al otro lado del "pomerium" hasta el
momento de mi partida hacia Partia.... – La dureza fría de tu voz hacía que mi respiración se
entorpeciera. -- .... no, no te preocupes por tu posición y situación económica. Si eres discreta,
podrás seguir aquí hasta que te sea posible instalarte en mi "domus" al otro lado del río.... – Fuiste
consciente de mi confusión. – Calpurnia….Calpurnia…. cómo….¡oh, maldito Lucio Calpurnio!
Siempre supe que sólo debía relacionarme con él en términos de negocios…. – Sentía mis ojos
cada vez más desorbitados. Me creí al filo de la asfixia ….Dioses….¿qué…? Tus ojos afilados,
grises como dagas, seguían controlándome….
- A fin de cuentas, casi ni te culpo…. Él….siempre él…. Le sobra una inteligencia más allá de lo
humano para vencernos a todos… ¿por qué no lo intuiría ya aquella vez, siendo cuestor en Gades,
cuando supe que aún vivía y no había perdido detalle de mi existencia a través de los años? Sí….
no cabe duda…. Del mismo modo que se propuso que yo le debiera mi propia gloria gracias a la
clemencia mostrada al perdonarme la vida en su día…. ¡dioses, clemencia! – Una especie de risa
sardónica llenó el “cubiculum” . ¡”Ecastor” , los siervos! No, a él ya no le importaba …. – ¡que él ,
precisamente él, presuma de semejante virtud que no derrochó, por cierto, al firmar tantas
proscripciones sangrientas! … Sí, ahora parece ser que se ha propuesto, una vez más, salvarme la
vida …y, de paso, ganar una ascendencia total sobre la discreta, virtuosa, honestísima esposa del
“Pontifex Maximus”, mi mayor orgullo como hombre… Ése sería su gran legado ante sí mismo…
privar a Roma de la evolución que debe seguir a partir de ahora ….No, claro, si el no llegó a ser
“dictador perpetuus” , yo tampoco debería tener derecho a ello…. Y mucho menos a ser
proclamado “rex”…. – Se hizo un silencio . Por fin eras consciente de que podrían estar
escuchándote quienes menos deberían hacerlo. Respiraste hondamente varias veces ante mi expectación, incapaz de proferir palabra alguna. Parecía que mi respiración volvía a normalizarse.
- Calpurnia… estaba intentando convencer a Décimo Bruto de la estúpida negativa que me
arrancaste, probablemente inspirada por las artes siniestras que te han inculcado… Lógicamente,
mi pariente lo consideró como lo que eran, artificios descerebrados propios de una mente débil
como la tuya ….pero yo aún seguía enturbiado por el aturdimiento y el cansancio que tú misma
provocaste deliberadamente …. Jamás hubiera esperado que utilizaras el forzarme al placer para
conseguir tus proyectos….¿acaso…también te lo han enseñado?
De nuevo, el ahogo . Ni siquiera tenía fuerzas para verter lágrimas ni sollozar.
-…. Por fin yo comenzaba a despertar del letargo inducido por ti. Fue entonces cuando un siervo
entró diciendo que un noble romano deseaba verme en privado con urgencia. La expresión extraña,
casi aterrada, del esclavo me movió a dejar a Décimo Bruto para recibir al recién llegado en la
habitación del otro lado del atrio…. Un hombre, aparentemente poco mayor que yo, vestido como
un arúspice, aquella misma mirada, azul y transparente, arrasando todo cuanto yo pudiera estar
pensando en ese momento, escudriñando cada rincón de mi interior… Reconocí aquellos ojos, así
como las manos finas, translúcidas, extrañamente expresivas…. “César, escucha cuanto tu esposa
pueda advertirte”… ¿Por qué tuve que permanecer casi gélido, sin capacidad de respuesta durante
unos segundos?.... Quizás porque le creía muerto, pese a que, inconscientemente sabía que aún
vivía cuando decidí eximir al templo de Venus Marina en Gades de cualquier multa tras la batalla de
Munda… Por otra parte, yo jamás habría osado acceder a su presencia….pero jamás imaginé que
pudiera andar por Roma… Me contó cuanto creyó que yo debía saber así como esa historia de
vuestra ascendencia, de cómo ambos procedéis de la raza de las sibilas, aquellas que, a su vez,
nacieron de linajes gestados en la época de los reyes etruscos entre las que llamaban ninfas y
vulgares mortales…. ¡dioses, Calpurnia!....Espero que toda esa locura no se haya aireado no
siquiera dentro de la “Domus Publica”.... – Te vi temblar sin disimulo. – Pero lo contaba con tanta
claridad y de una forma tan desprovista de pasión que llegó a convencerme… Su propia madre, a
la que todos creían muerta, en realidad había huido de la brutalidad de tu esposo junto con el
hermano de Lucio Cornelio…. A quien éste encontró accidentalmente en la época en que éste se
hizo pasar por galo, cuando espiaba para Mario más allá de la Galia Cisalpina… No me aclaró que
ocurrió en realidad, pero , según me contó, fue víctima de una especie de “chantaje”. Este hermano
mellizo ocuparía su lugar , el que le hubiera correspondido como noble patricio de tan rancia
estirpe, a partir de un determinado momento que resultó ser cuando Lucio Cornelio decidió partir
hacia las provincias orientales en la época del consulado de Cinna…. El Lucio Cornelio Sila que
regresó y al que conoció Pompeyo, desgastado, con la piel amoratada, despojado de la
luminosidad apolínea que le caracterizaba, era su hermano galo mientras que el que yo conocí de
pequeño se hallaba ya dedicado a depurar su cuerpo y mente y a instruirse en el saber arcano,
como él lo llama, al otro lado de nuestro mar.
Como sabías que yo era incapaz de emitir sonido alguno pero mis ojos parecían ávidos,
proseguiste…
- ¿Qué ganaba a cambio? Si estaba bajo chantaje, amenaza de muerte o…. algo turbio que
destruyera esa “dignitas” que él estaba tan obsesionado por rehabilitar, es lógico que transigiera
con una serie de condiciones…. Además, el ser consciente de que te estas forjando un lugar en la
historia mientras te mantienes oculto y a salvo, preparando tu cuerpo y mente de forma que los
años pasen por ti como si ralentizados, podría ser tentador para una persona tan singular como
él… no, por supuesto, para tantos otros mortales….¿Cómo se las arregló para que su sustituto
estuviera lo suficientemente preparado para ello? Sencillamente, se encontró con que su hermano
había ido recibiendo, gracias a la madre, una formación digan de un romano…. Parece ser que
fueron recogidos por un caballero de la Galia Cisalpina. Sin embargo, puede que su encuentro no
fuera fortuito… Creo que es algo que ni el propio Lucio Cornelio tiene claro… Lo que sí es cierto es
que hizo pasar a su mellizo por esclavo suyo para así irlo instruyendo en las artes del poder…
¿hasta qué punto las brutales proscripciones fueron obra de uno u otro? …. – Te encogiste de
hombros con aire ausente. – ….Y ambos mantuvieron contacto en la distancia… ¿hasta qué punto
Cornelia estuvo al tanto mientras su padre seguía vivo?.... Lo cierto es que durante años se
mantuvo la relación entre el hombre sabio del templo de Venus-Astarté en Gades y la hija de Lucio
Cornelio Sila en Roma, estimulada por los intercambios comerciales tan fructíferos de la sagaz
Cornelia….hasta que te quedaste sola en la “Domus Publica” …. Ël me dijo además que jamás
habría hecho acto de presencia ante mí de no haber sabido que Décimo Bruto venía a
convencerme… Dioses…Calpurnia….y tú te has dejado….¿hechizar?...por ese ser más allá del
tiempo y de lo puramente humano…¿qué podrías haber recibido a cambio?
La voz se te había suavizado pero aún era fría, despegada, perteneciente al extraño que ya estaba
empezando a ser para mí….para toda la vida… No, no podía mencionarte toda aquella historia
sobre la necesidad de tener un lugar propio y no limitarme a dejarme sepultar por la soledad de la
“Domus Publica”…. Milagrosamente, mi garganta volvió a sentirse con vida.
- César …. Tenía que salvarte….ya te lo expliqué ayer…. La egipcia….
- ¿Y crees que voy a confiar más en quien se ha dejado embaucar por ese…personaje…? Al
menos Cleopatra tiene sobrado talento para no caer en ello…y dignidad…. – Observé que la
frialdad de tus ojos iba transformándose en el terror de la noche antes al mirarse en los míos…. Sí,
habían captado aquella fuerza espesa, violenta, casi maléfica que me impulsaba a generar,
mediante mi deseo desgarrado, una vida que fluyera más allá de mí misma y arrebatara el ser
de…. la egipcia, emponzoñando su destino…Ansié casi gimiendo que aquel retoño que era su
orgullo le fuera arrancado, que su vientre quedara yerto…que su poder se desvaneciera y tuviera
que refugiarse en la locura y el vacío…. Sí, Cleopatra sabía que, incluso contra mi voluntad, ya
estaba maldita de algún u otro modo….y tú lo sabías, esposo….
Saliste precipitadamente, aliviado quizás porque esta circunstancia inesperada te hubiera permitido
solventar una situación que era motivo de controversia ¿moral? para ti desde hacía tantos años,
desde mucho antes de Alejandría…. Seguí allí, sentada en el “lectus”, petrificada entre las pieles,
intentando, sin lograrlo, alejar aquel hielo que hacía crujir mi cuerpo, el interior de mis huesos, mi
cabeza….incapaz de proferir ni un sonido, de recostarme…. Quizás se trataba de esa fuerza ajena
a mí que, en lugar de ir dirigida a Isis reencarnada, me estaba envenenando….

Capítulo 48


XLVIII
-"Domina"...."domina". – La voz de mi sierva personal, queda al principio para después irse intensificando, me despertó desde el exterior del "cubiculum"... El sol dorado y tibio entraba de pleno desde el peristilo. No, ya habían transcurrido varias horas desde el amanecer. Quizás demasiadas... Seguías acurrucado a mi lado pese a la estrechez del "lectus"... Había sentido como te estremecías a lo largo de la noche, agitado por otros motivos que quizás no tenían que ver con la singular cena epicúrea de la víspera : yo sabía que tu frágil estómago te disuadía a la hora de probar delicadezas culinarias... Decidí incorporarme mientras tú te acomodabas a lo ancho del “lectus” y salí afuera .
- "Domina".... el senador Décimo Bruto espera en el "tablinium"... Desea ver al "Pontifex Maximus" inmediatamente...
¿Qué podía querer de nosotros a estas horas?
- Dile que mi esposo no va a poder dirigirse al Senado este mediodía...
-Esposa... no, espera... yo hablaré con él personalmente. –Te habías vuelto a colocar la túnica y las finas sandalias de andar por casa. – Muchacha, adelántate e infórmale que estoy en camino...
-Mi señor..... – Noté que mi voz, aunque suave, se iba tiñendo de una ansiedad afilada. – No, no lo recibas....Intentará convencerte, no.... – Me esforcé en sofocar el gemido que se me escapaba....
- Calpurnia…. – No sonreíste. Me contemplaste con la mirada distante, levemente aterrada, casi veneradora de la noche anterior. – …. No, le explicaré… Soy yo, en definitiva, quien ha de tomar la decisiones en cualquier momento… ¿Acaso tu esposo no es “dictador perpetuus” ? – Me habías tomado, pese a todo, el rostro entre tus manos pálidas, finas y, sin embargo, fuertes, acariciándome como cuando antes de irte a gobernar la Galias… Como entonces, rozando mis rizos con la delicadeza de quien separa con sus dedos los bucles de un niño pequeño… Abrí ampliamente los ojos y supe que habías vuelto a encontrar en ellos los de aquella Calpurnia del principio… Tomé conciencia de que éste era el momento y recorrí tu cuello con mis labios mientras rodeaba con mi pierna tu muslo y apretaba mis senos contra tu pecho hasta dejarte caer sobre el “lectus”…. Fui yo quien, quizás por primera vez, tomó la iniciativa, cabalgándote mientras te obligaba a recorrer con tus manos toda aquella piel henchida por aquel deseo de fertilidad que siempre surgía días antes de mis menstruaciones… Pese a toda mi excitación, pude entrever mi mirada sorprendida, a punto de perderse en aquel pulso cada vez más acelerado que recorría tu cuerpo mientras tus jadeos, en contra de lo habitual en ti, eran cada vez más audibles, incluso indecorosos….
- “Domina”….
- ¡¡ Dile a Décimo Bruto que mi señor lo recibirá en su momento!! – Aquel grito jadeante, teñido de furia impaciente, calculado para acallar tus estertores, seguramente apabulló a la pobre muchacha, nada acostumbrada a ese tono… Por un momento, creí que era éste tu destino, por lo que leí en tus ojos salvajes, desasidos de mí aquel día...que pudiera ser que dejaras de existir en ese preciso momento, arrastrado por un gemido animal, estallando dentro de mis entrañas al tiempo que tu semilla pudiera al fin hallar acomodo allí mismo. Pero no iba a ser así. Permaneciste allí debajo, la respiración pesada y sonora como la mía, mirándonos en silencio. Podría haberte tenido atrapado así hasta la noche…
- Calpurnia…. – Era ésta la voz profunda y pausada que te había escuchado tantas veces fuera del “cubiculum”. Mi piel retrocedió, erizada. – Debo asearme y atenderle…. – Sí, era una entonación diseñada para disuadir e imponer algo sabiamente, tal como siempre lo habías sabido hacer de forma magistral… Me retiré y dejé que las cosas siguieran su curso, aún temblando de placer aterrado bajo las pieles que cubrían el “lectus”

Capítulo 47


XLVII
Sí, sabía que debía avisarte...pero, pese a todo cuanto me decía a mí misma estimulada por las palabras de Kornel, me faltaba valor... Sí, un gran negocio hiciste con tu matrimonio, mi señor... lograste una esposa perfectamente fiel al patrón que buscabas tras el fiasco de Pompeya Sila... Una matrona que no sólo se limitase a ser honesta sino, además, aparentarlo a la perfección ....siempre que ello encajase en tus planes y fuera perfectamente oportuno...¿Acaso la ....egipcia es un modelo de virtud y pudoroso comportamiento público? Sí, pese a todo, algo empezaba a paliar la hiel que comenzaba a nublar mis pensamientos.... Sabía, de forma intuitiva, que ella no gozaría indefinidamente de una soberanía intangible y absoluta no sólo sobre ti sino sobre otros seres a su alrededor..... que esa magia, sabiamente elaborada a lo largo de una vida y ayudada por la sangre de su estirpe , en cierto modo ya estaba contagiada de una fuerza inimaginada por ella, procedente de alguien completamente ajeno mas de origen verdaderamente más allá de las limitaciones humanas.... Fue aquello, sin lugar a dudas, lo que advirtió aquella tarde que la visité....Quizás era ésta la razón por la que posiblemente te habría espoleado para que le dedicases a ella tu atención de manera exclusiva en estos meses de tu regreso a Roma y, al mismo tiempo, hacerte acelerar tu inminente proclamación como "rex" y, así, al regreso de la expedición contra los partos, quedarte en Egipto en lugar de seguir de vuelta a Roma y materializar lo que llevabas gestando desde tiempo atrás.... Aquella visión cegadora entre mirra, incienso, fibras de oro y gemas centelleantes que enmascaraban un cuerpecillo de momia en cierto modo juvenil... Sí, no era más que una arquitectura efímera, al igual que los arcos vistosamente multicolores que decoraban el circo y sus alrededores cuando se celebraban los grandes "ludi".... Inhalé aliviada aquellos efluvios de mirra, incienso y extractos de diversas hierbas y flores con las que había elaborado mi ungüento, dejando que penetraran por mis fosas nasales y poros, circulando a través del volumen de mis senos, del interior de mi vientre ...casi sintiéndolos nuevos, vivos, plenos de fecundidad...esclareciéndome....
-- Hija.... posiblemente venga aquí, a la "Domus Publica", el día antes de los Idus.... Sabrás por Cornelia y Marcia que ese día se va a celebrar una reunión extraordinaria del Senado en la Curia del Teatro de Pompeyo y ha estimado conveniente dirigirse allí desde aquí... Es más...lógico....
Obviamente me di cuenta de que Lucio Calpurnio Pisón no podía ser más explícito. Su mirada de tristeza profunda lo delataba. Con toda seguridad ya conocía tu voluntad de que inmediatamente se aprobase la ley que te permitiera desposar a....
- Le cae más cerca. Además, no sé si Marcia te ha dicho que esa misma tarde está invitado a cenar en casa de Marcio Filipo. Es una cena estrictamente masculina....por esa razón no se te ha cursado invitación....
Vi claramente que mi padre se resistía a mantener una conversación abierta y que estaba deseando hallar una excusa para marcharse. Así pues no hice ningún esfuerzo por estimular la charla. Era consciente de que había sido embarazoso para él el tener que actuar de intermediario entre tú y yo , informarte de mis deseos de verte y verse partícipe de una situación que buena parte de Roma censuraba...
Pasaron las fiestas marciales. La fiesta de Anna Perenna iba a ser crudamente fría ese año, con aquel aire glacialmente húmedo tan típico del duro invierno romano, tal como parecía aquella víspera de los Idus, Aquel día, Cornelia había pasado conmigo más tiempo del habitual, como si intuyendo que lo necesitaba . A través de la conversación, intencionadamente trivial, mantuvo una mirada fija, turbada, quizás inquieta por la oleadas de efluvios resinosos y verdes que me envolvía…pero ello me hacía sentir extrañamente segura, casi relajada, como si protegida por un sólido y, sin embargo, sutil bastión intangible….
- No, hoy no hay mensaje de Kornel…. Se encuentra absorbido por unos cuantos contactos conocidos suyos…este maestro griego, Héctor, el arúspice etrusco que, por cierto, creo que procede de una remota familia aristocrática de Etruria y otro gramático griego… me parece que se llama Artemidoro…. Pese a todo, sé que él necesita entrar en contacto directo contigo pronto, antes de lo que puedas pensar….
Afortunadamente, se quedó hasta más allá de la cena. Algo que agradecí puesto que me ayudó a pasar las horas hasta tu llegada. Como recordarás, ella aún no se había marchado cuando llegaste. Vi que te había dado cuenta de nuestra expresión cuando cruzaste la entrada del “triclinium”. Tanto Cornelia como yo teníamos delante a alguien casi transido por una fuerza ¿espectral?. Tu piel apergaminada había perdido el débil bronceado de las campañas militares tras tantos meses de paz y, por primera vez en años, parecía completamente marfileña, aunque los profundos surcos del desgaste se mantenían en aquella piel adelgazada, adherida a los huesos angulosos y la fina nariz prominente que ahora surgían preocupantemente afilados y, sin embargo, casi difuminándose en aquella bruma imperceptible que brotaba de tus ojos, aquel día más grises que azules, transidos, proyectados más allá del fino entramado de arrugas que los rodeaban casi desde tu juventud….
- Extraños días, Calpurnia. – No me habías llamado esposa como en esas otras escasas noches después de, al igual que hoy, aquella hora que podía prolongarse entre los jadeos contenidos y el sudor mezclado con otras secreciones… Pese a que, tras la prudente despedida de Cornelia, habías permanecido en silencio, absorto, como si embebido en los profundos aromas de mi cuerpo, en aquella túnica de gasa malva y azul celeste que realzaba mis curvas y acentuaba la oscuridad de mi pelo…. Pensé fugazmente que ello había surtido efecto, sintiéndome casi mordida por tu boca hambrienta, subyugada bajo tu peso y tus manos férreas….
-¿Por qué extraño, esposo?
-Ocurrió por primera vez ayer, yendo de camino al Foro… y entonces apareció uno de los arúspices, este etrusco el que tantas historias se cuentan acerca de sus nobles ancestros de la época de los Tarquinos… No hizo más que repetirme que me guardara de los Idus de Marzo… ¡como si a mí se me tuviera que estar recordando qué debo hacer y cuándo!.... Esta mañana, la misma historia…. Y ahora, en casa de Marcio Filipo, donde, como te podrás imaginar, la cena fue previsiblemente exótica, en medio de los colibríes macerados en salsa de naranja y granada y los erizos rellenos de dátiles, a esta gente se le ocurre sacar como tema de conversación ….¡¡qué clase de muerte escogería cada uno de nosotros!! …. ¿qué respondí? Por supuesto, una rápida….e inesperada…. – Yo sabía que, inconscientemente, te estabas contradiciendo…. ¿qué significado, si no, tenía ese estado anímico de angustia vigilante, enloquecedora, que te hacía descubrir enemigos en todas partes? Sin embargo, intuías que la muerte estaba al acecho, aunque aquella noche tu locuacidad desmintiera la imagen de aquel César que me visitara por última vez tiempo atrás. Guardaste una pausa prolongada.
- Sabrás que tengo pensado salir de nuevo en campaña….contra Partia…. Quiero que sea quizás pasado mañana o a lo sumo dentro de tres días… No puedo esperar más tiempo, Calpurnia… Necesito actividad, como antes…. No soy un hombre, como bien sabes, que se recluya entre el Palatino y el Senado…. Creo que esa es la razón por la que llevo tantos meses de neurastenia… Como tu padre te habrá comentado, para mañana he convocado una sesión senatorial extraordinaria para informarles e mi inminente marcha contra los partos….y estoy dispuesto a conseguir un poder especial aún recurriendo a todos los métodos posibles… Quizás no me entiendas, Calpurnia, es una solución desesperada... – La expresión de tus ojos se había vuelto intensa , casi suplicante…. Reconocí qué cosa me estabas anunciando más allá de tus palabras…. De repente, me sentí toda hueca, como si despojada violentamente de mi propia feminidad, de mi orgullo…. Como si aquella fugaz fortaleza proporcionada por aquella nube de efluvios se hubiera disipado tras la entrega física.
- César…esposo…no…. Mañana quédate conmigo….
Tus ojos se volvieron vidriosos, confusos….
- ¿Qué insinúas, Calpurnia….? Te he dicho que es un momento crucial no sólo en mi carrera sino, sobre todo, en mi vida…. ¿No eres consciente….? –Tu tono, aunque aún tierno, intentando convencerme, iba tomando un matiz helado…. Me retraje, avergonzada…. Sabía que, si te quedaba algún resto de valoración hacia mi persona, se estaba evaporando inexorablemente…
“Endurece tu corazón, Calpurnia….Lo que hasta ahora pudiera ser considerado virtud en ti ya no tiene sentido….” Respiré hondo. Respetaste la pausa de silencio que guardé mientras mis latidos se aceleraba y el sudor manaba entre mis pechos, ingles y muslos, haciéndose gélido, acuchillan-dome ….como tus ojos, ahora casi despavoridos al contemplar mi mirada desencajada…
- César… no….no…. Lo he visto…lo soñé…. Te vi en mis brazos, sangrando por todos tus poros y muchos romanos nos rodeaban…lavándose las manos con….tu sangre…. – Escuché mi voz mecánica, ajena a mí… ¿Cómo la de una sibila?.... ¿quizá eras tú misma, sibila, que habías acudido, maternal, a ayudarme?
- Dioses, Calpurnia…. dioses…. Es posible que una matrona ejemplar….o al menos siempre te he tenido como tal hasta hoy….y de tu altura social….se haya rebajado hasta el punto de convertirse en una de tantas supersticiosas vulgares que abundan entre el populacho… como tantos que en estos días, según comentaban en la cena, se dedican a ver eclipses que no existen, leones rondando por el Capitolio, esclavos corriendo por el Campo de Marte y el Foro durante la noche con las manos convertidas en teas ardiendo…. No me extrañaría que se tratase de bulos propagados por ciertos republicanos nostálgicos a fin de acrecentar aún más el mal de fondo contra mi persona…y espero, esposa, que no te cuentes entre ellos….De lo contrario…recuerda que no sólo te puede afectar a ti sino también a tu propio padre… -- El tono se te iba haciendo suavemente intimidatorio…. No, no podía echarme atrás….”Olvida la prudencia, Calpurnia”….
-César…. – Mi voz, de nuevo extraña, se alzó ante el asombro, al mismo tiempo que me sentía erguir, casi estirada, llevada por una fuerza impalpable. – Sabes sobradamente, al igual que el resto de Roma , estoy al tanto de tu vida….al otro lado del Tíber…. – Sabía que mis ojos se abrían pero no ya desencajados sino intentando ser fulminadores, hundiéndose en el interior de los tuyos, en los que divisé una sombra de espanto. Vi como te retraías impulsivamente…. –Todos conocemos tus planes sin necesidad de ninguna conspiración… Tu pariente Filipo, mi propio padre y no digamos tu tío Cotta y Antonio…y como tu salud física y mental se ha resentido desde que estuviste en Alejandría…. No, no lo achaques a tus excesos en las campañas ni a la inacción ni a la edad…. No te engañes… ¿eres tan ciego que pretendes ignorar cuán fácilmente se puede eliminar, mediante el veneno, a personas que no convengan a los funcionarios reales egipcios…? ¿Acaso esperas una fidelidad devota de una persona que ha heredado la tradición familiar de mujeres ambiciosas hasta la carencia de escrúpulos y dispuestas a llegar al incesto de una forma absolutamente natural?.... César….no eres consciente de que cuando la desposes, en caso de viudez, ella se convertirá en reina no sólo de Egipto sino de todo el mundo romano…. ¿Tantos deseos tienes de que todo el trabajo de cientos de años forjado por tantas generaciones de romanos nobles y virtuosos quede destruido por la imposición violenta y despiadada de una sistema funcionarial alejandrino, de la degeneración y el regreso a las castas sacerdotales del Antiguo Egipto las cuales acapararán todo cuanto tus mayores y tú mismo habéis construido? – Estoy segura de que en ese momento estabas contemplando a Hécate fugazmente encarnada en mi persona….o quizás a la propia sibila. – César…. ¿vas a dejar que pisoteen la “dignitas” de tantas familias romanas?... – Tu mirada recuperó la firmeza ….
- Bien…. No pensaba ni debía hacerlo público, pero me has forzado a ello, Calpurnia… He de anunciarte …y te ruego que no lo difundas por razones obvias….que en mi testamento he nombrado al hijo de mi sobrina Atia como heredero….por si yo desapareciera sin un heredero de mi sangre… En tal caso, el mundo romano quedaría asegurado a salvo de esas nefastas garras que tú ves en Cleopatra y su linaje…. – Pero observaste que mi mirada y voz no perdían intensidad ni un dramatismo que ya rayaba la fiereza….
-…. ¿No descartas que pueda llegar a convencerte para que cambies tu testamento?.... ¿O que mande asesinar a tu sobrino-nieto, el cual, lo sabes bien, pese a esa inteligencia de las que todos hablan, es débil y enfermizo?.... Recuérdalo, César. –Ya no me sentía capaz de llamarte “esposo” - …. Una persona degenerada capaz de cohabitar con sus hermanos y que ha aprendido a asesinar desde pequeña es así de previsible…. – Mi voz había alcanzado una cadencia sonora, siniestra…. Lo leí en tu mirada…. No, realmente no me reconocías…. Fui consciente de que había llegado a manipular mi voz inconscientemente hasta utilizarla de una forma más allá de lo puramente humano…. Como ella misma, la propia Isis rediviva…..y supe que en ese momento ya había ganado el mismo grado de ascendencia sobre ti que ella lograra… Sí, sin lugar a dudas …. Comencé a gozar secretamente mi triunfo…. Lo vi diáfanamente en tu expresión, que anunciaba cómo te estabas rindiendo…. Agachaste la cabeza para después postrarte y después enterrarla en mi pecho y así permanecer acurrucado toda aquella noche mientras yo, desvelada por aquella emoción imprevista, te acunaba, protectora….