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martes, 17 de junio de 2008

Capítulo 38

XXXVIII
Sí.... ¿qué podría ....Kornel....Cornelio...haber llevado a cabo en el entorno más cercano de la Reina Egipcia....en el aire que envolvía su persona....aquel magnetismo que emanaba, gracias a la herencia natural o al aprendizaje? Mientras leía las últimas líneas e su carta recordé – ¡cómo no! – tus ojos casi salvajes, reconociéndome, mientras mi fuerza interior, trasladada al “cubiculum” bajo aquellas inmensas velas de púrpura bordado en oro, te sorprendía fundido con esa energía que estaba más allá de cualquier otra mujer común….
- No creas que la reina Cleopatra es una mujer sobrenatural, como pretende hacer ver a los alejandrinos …. – Mi padre, ante la situación que se avecinaba, había decidido mostrarse más atento conmigo y, consiguientemente, iba aumentando sus visitas. – En realidad, no hace más que seguir la tradición de las Cleopatras Ptolomeas anteriores…. Como el resto de la dinastía, se trata de seres ambiciosos, sin escrúpulos y e una crueldad que las virtudes romanas desconocen….algo muy común en los reinos orientales. No olvides el caso de Mitrídates, el rey del Ponto que asesinó a su propia madre… Sí que es significativa la iniciativa de las mujeres en esos reinos, nada que ver con la noble matrona que conocemos aquí…. Aunque sabrás que entre los tirrenos las aristócratas y cualquier tipo de mujer en general no tenían ningún reparo en mostrarse públicamente y compartir banquete con los varones…. Algo que ni siquiera los griegos consentían…. En definitiva, es, en el fondo, toda la herencia de aquella Sibaris desparecida en el tiempo pero cuya influencia, por mucho que se achaque a Grecia, se deja ver en nuestra Roma en los últimos cincuenta años… pese a lo que pueda pensar Filodemo …. Me pregunto, no obstante, si su firme defensa de la conveniencia de un rey romano no se tambalea ante el riesgo de que, a la larga, una monarquía hereditaria al estilo oriental pueda acarrear toda la corrupción e insensibilidad que allí se ven abiertamente…. A fin de cuentas, estos epicúreos son tan idealistas como los propios seguidores de Zenón ….
Sabía que Lucio Calpurnio pretendía tranquilizarme con esa idea de que Cleopatra no era excepcional … Si acaso, distinta a las mujeres romanas que yo había conocido… Pero él también era consciente de que en aquella criatura existía un ser que ella conocía perfectamente y explotaba con una inteligencia sublime…. ¿quizás ello vendría de las enseñanzas de los maestros alejandrinos, los herederos del saber arcano del que tanto hablaba Kornel? ¿O posiblemente en su sangre latía un impulso más allá de lo comúnmente humano? No, Kornel había detectado claramente que ello era algo fuera de lugar …. La vulnerabilidad de Isis reencarnada quedaría de manifiesto muy pronto….
-Parece que ha reducido considerablemente sus audiencias a lo largo de las últimas semanas…. –Obviamente no podía ser sino Cornelia quien nos ponía al tanto a Marcia y a mí…. Porcia, como te puedes imaginar, se encontraba ya gozando de su nuevo matrimonio. – Nadie de la casa informa sobre las razones , claro… Creo que fue al poco tiempo de marcharse Kornel… Algunos conocidos que tuvieron oportunidad de acceder a ella, en cuanto que sigue siendo considerada una valiosa intermediaria de César, me comentaron que era como si esa especie de majestad distante y deslumbradora se hubiese atenuado. Parecía desvanecido ese esfuerzo por mantener una….no sé si llamarla magia casi hipnótica que moviera a cualquiera que la tuviese delante a contemplarla como un ser grandioso…
Creí leer en las pupilas tan parecidas a las de Kornel una mirada cómplice. Pero sabía que ese estado de Cleopatra bien pudiera ser transitorio…. No obstante, las palabras de Kornel vibraban dentro de mí…. “la tarea que esbozaste….no sabía que estuvieses capacitada para el despliegue de esa potencialidad “ …. Por primera vez, alguien me confiaba que pudiera haber en mi ser interior un poder aún incipiente pero que pudiera ser ajeno a cualquier otro ser humano corriente… una vez más vi afirmarse ante mi la idea de que había sido preparada con ese objetivo…. ¿quizás la compensación a tantos años de aislamiento digno….infértil? ¿acaso mi hipotética gloria se centraría en anular la magia de aquella reencarnación divina? La idea me estremeció ….¿sacrílega?... Quizás Kornel tenía razón al juzgar la sincronía entre su propia preñez y la crecida del Nilo como simple casualidad…. No obstante, toda aquella fuerza más allá de lo humano que emanaba de su presencia bien pudiera ser producto e tantas generaciones de mujeres obligadas al desarrollo de la astucia y la falta de escrúpulos para poder sobrevivir…. Sí, Kornel conocía profundamente todos estos aspectos de la vida y, como era lógico, no se había dejado…. ¿magnetizar? …. . por toda aquella luminosidad que trascendía los destellos del oro de máxima pureza y las esmeraldas, rubíes y zafiros que la enmascaraban….
¿Cuál sería el siguiente paso a seguir? Inevitablemente, era yo quien debía darlo por mi propia iniciativa…. Blodwynn…. ¿cómo habría afrontado ante sí la reina de Egipto la presencia de aquella sabia mujer? Me imagino que ya estaría informada acerca de aquella raza de mujeres especialmente dotadas para el saber más allá de lo palpable… Quizás las conocería a la luz de lo que tú mismo pudieras haberle descrito durante aquella travesía a lo largo del río sagrado o bien en aquella mansión al otro lado el Tíber que jamás pude visitar…. Jamás llegaría a saberlo…. Del mismo modo que quizás ese siguiente paso ya no tendría lugar…. quién sabe si lo que en realidad a mí me correspondía era seguir esperando, como siempre lo había hecho hasta que se convirtió en parte de mi esencia….¿con qué sentido?....
¿Con qué sentido?.... Aquella noche comencé a ungir de nuevo mi cuerpo, cada uno de sus rincones y pliegues, con aquel ungüento que atesoraba en mi “cubiculum”, manteniendo mi atención en suspenso mientras, de forma ritual, hacía penetrar aquella mixtura embriagando toda mi piel con mi propia ambición fundida en el incienso, la mirra y las esencias que un día Kornel me indicara, confundiéndose con la piel tensa de mis muslos y cintura, con mis propios pensamientos y ansiedades…Sibila….esclaréceme…¿qué he de hacer?
Varios días más tarde, mi ánimo, poros y aliento estimulados por todas aquellas fragancias, mandé recado a la “domus” más allá del río a fin de solicitar una entrevista….Quizás ni ella misma lo esperaba tras hacer ostentación pública de aquello en lo que bien sabía que yo no podría competir con ella…. Ella, que no me recibió en la misma “domus” – quizás por el pudor que le inspiraba la idea de que la esposa legítima de su amante invadiera la intimidad que ambos compartían – sino en lo ya célebres jardines …. Bosques, a decir verdad….pinares tupidos entremezclados con plataneras, pequeños grupos de palmerales, cipreses, cipreses como los que Lúculo introdujo en su parque romano, rosales….todo ello tan cuidadosamente regado y nutrido que parecía ajeno al calor marchito de Roma… ¿acaso creí ver la mano eterna e intangible de Aurelia en todo, la elección de las plantas y árboles y el esmero? Su recuerdo en cierto modo me estimuló…¿qué habría pensado de esta relación? Aunque me apreciaba verdaderamente, ella sabía que no podría cambiar tu naturaleza… Sólo que este paso iba a ser mucho más peligroso… Yo era consciente de que debía elegir mis palabras con cuidado ya que mi griego no era nada fluido…. Para contrarrestarlo, había elegido una túnica confeccionada con varias capas de gasa malva y azul índigo sobre una camisa de grueso lino ya que el tiempo era fresco pese al soleado día invernal… Fue delicado por parte de la reina el arroparme con un cubretodo de fina pieles lustrosas, muy similar al que debía de llevar bajo el inmenso manto tejido con hilos de oro que , sin embargo, dejaba ver abiertamente numerosos pectorales de perlas, rubíes, esmeraldas, turquesas, aguamarinas, topacios….a juego con el tocado que, formando una especie de peluca hecha a base de hileras de diez o doce variedades de pequeñas gemas, enmascaraba su verdadero cabello y la frente, dejando ver la enorme silueta de “henna” negra enmarcando los ojos, cuyos párpados esta vez iban teñidos de dorado al igual que los labios rotundos, iluminando el cutis aceitunado del “cuerpecillo casi de momia lozana” que no llegó a cegar a Kornel…. Quizás se había percatado de las oleadas fragantes que se escapaban del vuelo casi grácil de tantos pliegues en malva y azul intenso tan intensos como las amatistas, berilos y turquesas que había elegido para ceñir mis brazos y cuello… como los zafiros de mis sortijas, los pendientes de aguamarina y el peine de amatistas que fijaba mis rizos cuidadosamente peinados y perfumados con el mismo ungüento cuyo aroma impregnaba el vuelo de mi atuendo… No, obviamente mi rostro era el mismo que mis siervos y amigos veían cada día en la “Domus Publica” , sin el resplandor que el maquillaje de Cleopatra creaba en torno al suyo…. No obstante, llegué a distinguir el centelleo alternativamente verdoso, avellanado e incluso dorado bajo aquella especie de abanicos negros que tenía por pestañas, tupidas como las de un hombre : su mirada se había abierto de par en par, las pupilas frías aunque dilatadas entre los destellos que la rodeaban, estaban fijas, como si intentando captar para sí misma algo que me `pertenecía de modo etéreo y que quizás ninguna de las dos habríamos podido definir…. ¿no tenían los egipcios una divinidad con figura de gato?.... no, era más bien la expresión de un felino salvaje, voraz, defendiendo egoístamente su terreno…. Más que egoísta, ególatra… ¿hasta qué punto ella en verdad lo era?. Kornel había sido más que lúcido : “Un ser pequeño, insignificante, que sabe que, si no es brutalmente amenazadora, puede reducirse a ser el ser más vulnerable de su especie….” ¿Acaso, como ya le ocurrió con él, ella había reparado en que yo también era consciente de sus limitaciones ? Mi ser interior se estremeció levemente…. No, no bajo ningún concepto podía desvelar mi inquietud ante ella, cuya gélida agresividad sabiamente disimulada, había quedado, sin esperarlo, como si aprisionada…. La voz de múltiples matices musicales había quedado en suspenso en medio de aquella lenta conversación sobre tópicos cortésmente amables, mera excusa para justificar la devolución de una visita tan ¿inmerecidamente honorable?.... Quizás era la impresión que ella pretendía darme de nuestro primer encuentro, que el hecho de que Isis hecha carne decidiera desplazarse hacia la “Domus Publica” a fin de presentarse ante este pequeño esbozo de rival que era yo, la justificaba para algo tan despiadado como era exhibir el fruto de vuestra común fecundidad ante un pobre vientre yerto …. Dioses…. ¿Quizás era algún efecto desconocido, incluso en cierto modo siniestro, que los efluvios de mi ungüento pudieran llegar a tener? ….Aquel instrumento tan flexible como el arpa de la propia Blodwynn apenas si emitía sílabas, palabras monosilábicas….Quién sabe si pudiera ser como lo que se contaba de las sibilas , quienes, bajo el efecto de las emanaciones subterráneas caían en un trance que les hacía emitir sonidos breves e inconexos mas llenos de significado futuro…. Su respiración lentamente comenzaba a agitarse… Ella, con sutileza, supo que era el momento de sugerir que se hallaba muy cansada, y, por tanto, la conveniencia de nuestra despedida…hasta un nuevo encuentro. Mientras que cruzaba la salida da las arboledas que hoy ya son patrimonio del pueblo romano, mi señor, sentí que la inquietud por saber qué había entrevisto o presentido ella me embriagaba tanto como las fragancias fundidas dentro de mi piel…. No, jamás llegaría a descubrirlo pero, al menos, podría ¿jactarme? de haber estimulado cierta zozobra en aquel ser que, aunque frágil y limitado, poseía, por otra parte, una mente y una voluntad que bien podrían volverse insospechadamente….¿letales? – de nuevo las palabras de Kornel –para quien no contara con….su aprobación además de la tuya propia ….

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