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jueves, 24 de julio de 2008

Capítulo 47


XLVII
Sí, sabía que debía avisarte...pero, pese a todo cuanto me decía a mí misma estimulada por las palabras de Kornel, me faltaba valor... Sí, un gran negocio hiciste con tu matrimonio, mi señor... lograste una esposa perfectamente fiel al patrón que buscabas tras el fiasco de Pompeya Sila... Una matrona que no sólo se limitase a ser honesta sino, además, aparentarlo a la perfección ....siempre que ello encajase en tus planes y fuera perfectamente oportuno...¿Acaso la ....egipcia es un modelo de virtud y pudoroso comportamiento público? Sí, pese a todo, algo empezaba a paliar la hiel que comenzaba a nublar mis pensamientos.... Sabía, de forma intuitiva, que ella no gozaría indefinidamente de una soberanía intangible y absoluta no sólo sobre ti sino sobre otros seres a su alrededor..... que esa magia, sabiamente elaborada a lo largo de una vida y ayudada por la sangre de su estirpe , en cierto modo ya estaba contagiada de una fuerza inimaginada por ella, procedente de alguien completamente ajeno mas de origen verdaderamente más allá de las limitaciones humanas.... Fue aquello, sin lugar a dudas, lo que advirtió aquella tarde que la visité....Quizás era ésta la razón por la que posiblemente te habría espoleado para que le dedicases a ella tu atención de manera exclusiva en estos meses de tu regreso a Roma y, al mismo tiempo, hacerte acelerar tu inminente proclamación como "rex" y, así, al regreso de la expedición contra los partos, quedarte en Egipto en lugar de seguir de vuelta a Roma y materializar lo que llevabas gestando desde tiempo atrás.... Aquella visión cegadora entre mirra, incienso, fibras de oro y gemas centelleantes que enmascaraban un cuerpecillo de momia en cierto modo juvenil... Sí, no era más que una arquitectura efímera, al igual que los arcos vistosamente multicolores que decoraban el circo y sus alrededores cuando se celebraban los grandes "ludi".... Inhalé aliviada aquellos efluvios de mirra, incienso y extractos de diversas hierbas y flores con las que había elaborado mi ungüento, dejando que penetraran por mis fosas nasales y poros, circulando a través del volumen de mis senos, del interior de mi vientre ...casi sintiéndolos nuevos, vivos, plenos de fecundidad...esclareciéndome....
-- Hija.... posiblemente venga aquí, a la "Domus Publica", el día antes de los Idus.... Sabrás por Cornelia y Marcia que ese día se va a celebrar una reunión extraordinaria del Senado en la Curia del Teatro de Pompeyo y ha estimado conveniente dirigirse allí desde aquí... Es más...lógico....
Obviamente me di cuenta de que Lucio Calpurnio Pisón no podía ser más explícito. Su mirada de tristeza profunda lo delataba. Con toda seguridad ya conocía tu voluntad de que inmediatamente se aprobase la ley que te permitiera desposar a....
- Le cae más cerca. Además, no sé si Marcia te ha dicho que esa misma tarde está invitado a cenar en casa de Marcio Filipo. Es una cena estrictamente masculina....por esa razón no se te ha cursado invitación....
Vi claramente que mi padre se resistía a mantener una conversación abierta y que estaba deseando hallar una excusa para marcharse. Así pues no hice ningún esfuerzo por estimular la charla. Era consciente de que había sido embarazoso para él el tener que actuar de intermediario entre tú y yo , informarte de mis deseos de verte y verse partícipe de una situación que buena parte de Roma censuraba...
Pasaron las fiestas marciales. La fiesta de Anna Perenna iba a ser crudamente fría ese año, con aquel aire glacialmente húmedo tan típico del duro invierno romano, tal como parecía aquella víspera de los Idus, Aquel día, Cornelia había pasado conmigo más tiempo del habitual, como si intuyendo que lo necesitaba . A través de la conversación, intencionadamente trivial, mantuvo una mirada fija, turbada, quizás inquieta por la oleadas de efluvios resinosos y verdes que me envolvía…pero ello me hacía sentir extrañamente segura, casi relajada, como si protegida por un sólido y, sin embargo, sutil bastión intangible….
- No, hoy no hay mensaje de Kornel…. Se encuentra absorbido por unos cuantos contactos conocidos suyos…este maestro griego, Héctor, el arúspice etrusco que, por cierto, creo que procede de una remota familia aristocrática de Etruria y otro gramático griego… me parece que se llama Artemidoro…. Pese a todo, sé que él necesita entrar en contacto directo contigo pronto, antes de lo que puedas pensar….
Afortunadamente, se quedó hasta más allá de la cena. Algo que agradecí puesto que me ayudó a pasar las horas hasta tu llegada. Como recordarás, ella aún no se había marchado cuando llegaste. Vi que te había dado cuenta de nuestra expresión cuando cruzaste la entrada del “triclinium”. Tanto Cornelia como yo teníamos delante a alguien casi transido por una fuerza ¿espectral?. Tu piel apergaminada había perdido el débil bronceado de las campañas militares tras tantos meses de paz y, por primera vez en años, parecía completamente marfileña, aunque los profundos surcos del desgaste se mantenían en aquella piel adelgazada, adherida a los huesos angulosos y la fina nariz prominente que ahora surgían preocupantemente afilados y, sin embargo, casi difuminándose en aquella bruma imperceptible que brotaba de tus ojos, aquel día más grises que azules, transidos, proyectados más allá del fino entramado de arrugas que los rodeaban casi desde tu juventud….
- Extraños días, Calpurnia. – No me habías llamado esposa como en esas otras escasas noches después de, al igual que hoy, aquella hora que podía prolongarse entre los jadeos contenidos y el sudor mezclado con otras secreciones… Pese a que, tras la prudente despedida de Cornelia, habías permanecido en silencio, absorto, como si embebido en los profundos aromas de mi cuerpo, en aquella túnica de gasa malva y azul celeste que realzaba mis curvas y acentuaba la oscuridad de mi pelo…. Pensé fugazmente que ello había surtido efecto, sintiéndome casi mordida por tu boca hambrienta, subyugada bajo tu peso y tus manos férreas….
-¿Por qué extraño, esposo?
-Ocurrió por primera vez ayer, yendo de camino al Foro… y entonces apareció uno de los arúspices, este etrusco el que tantas historias se cuentan acerca de sus nobles ancestros de la época de los Tarquinos… No hizo más que repetirme que me guardara de los Idus de Marzo… ¡como si a mí se me tuviera que estar recordando qué debo hacer y cuándo!.... Esta mañana, la misma historia…. Y ahora, en casa de Marcio Filipo, donde, como te podrás imaginar, la cena fue previsiblemente exótica, en medio de los colibríes macerados en salsa de naranja y granada y los erizos rellenos de dátiles, a esta gente se le ocurre sacar como tema de conversación ….¡¡qué clase de muerte escogería cada uno de nosotros!! …. ¿qué respondí? Por supuesto, una rápida….e inesperada…. – Yo sabía que, inconscientemente, te estabas contradiciendo…. ¿qué significado, si no, tenía ese estado anímico de angustia vigilante, enloquecedora, que te hacía descubrir enemigos en todas partes? Sin embargo, intuías que la muerte estaba al acecho, aunque aquella noche tu locuacidad desmintiera la imagen de aquel César que me visitara por última vez tiempo atrás. Guardaste una pausa prolongada.
- Sabrás que tengo pensado salir de nuevo en campaña….contra Partia…. Quiero que sea quizás pasado mañana o a lo sumo dentro de tres días… No puedo esperar más tiempo, Calpurnia… Necesito actividad, como antes…. No soy un hombre, como bien sabes, que se recluya entre el Palatino y el Senado…. Creo que esa es la razón por la que llevo tantos meses de neurastenia… Como tu padre te habrá comentado, para mañana he convocado una sesión senatorial extraordinaria para informarles e mi inminente marcha contra los partos….y estoy dispuesto a conseguir un poder especial aún recurriendo a todos los métodos posibles… Quizás no me entiendas, Calpurnia, es una solución desesperada... – La expresión de tus ojos se había vuelto intensa , casi suplicante…. Reconocí qué cosa me estabas anunciando más allá de tus palabras…. De repente, me sentí toda hueca, como si despojada violentamente de mi propia feminidad, de mi orgullo…. Como si aquella fugaz fortaleza proporcionada por aquella nube de efluvios se hubiera disipado tras la entrega física.
- César…esposo…no…. Mañana quédate conmigo….
Tus ojos se volvieron vidriosos, confusos….
- ¿Qué insinúas, Calpurnia….? Te he dicho que es un momento crucial no sólo en mi carrera sino, sobre todo, en mi vida…. ¿No eres consciente….? –Tu tono, aunque aún tierno, intentando convencerme, iba tomando un matiz helado…. Me retraje, avergonzada…. Sabía que, si te quedaba algún resto de valoración hacia mi persona, se estaba evaporando inexorablemente…
“Endurece tu corazón, Calpurnia….Lo que hasta ahora pudiera ser considerado virtud en ti ya no tiene sentido….” Respiré hondo. Respetaste la pausa de silencio que guardé mientras mis latidos se aceleraba y el sudor manaba entre mis pechos, ingles y muslos, haciéndose gélido, acuchillan-dome ….como tus ojos, ahora casi despavoridos al contemplar mi mirada desencajada…
- César… no….no…. Lo he visto…lo soñé…. Te vi en mis brazos, sangrando por todos tus poros y muchos romanos nos rodeaban…lavándose las manos con….tu sangre…. – Escuché mi voz mecánica, ajena a mí… ¿Cómo la de una sibila?.... ¿quizá eras tú misma, sibila, que habías acudido, maternal, a ayudarme?
- Dioses, Calpurnia…. dioses…. Es posible que una matrona ejemplar….o al menos siempre te he tenido como tal hasta hoy….y de tu altura social….se haya rebajado hasta el punto de convertirse en una de tantas supersticiosas vulgares que abundan entre el populacho… como tantos que en estos días, según comentaban en la cena, se dedican a ver eclipses que no existen, leones rondando por el Capitolio, esclavos corriendo por el Campo de Marte y el Foro durante la noche con las manos convertidas en teas ardiendo…. No me extrañaría que se tratase de bulos propagados por ciertos republicanos nostálgicos a fin de acrecentar aún más el mal de fondo contra mi persona…y espero, esposa, que no te cuentes entre ellos….De lo contrario…recuerda que no sólo te puede afectar a ti sino también a tu propio padre… -- El tono se te iba haciendo suavemente intimidatorio…. No, no podía echarme atrás….”Olvida la prudencia, Calpurnia”….
-César…. – Mi voz, de nuevo extraña, se alzó ante el asombro, al mismo tiempo que me sentía erguir, casi estirada, llevada por una fuerza impalpable. – Sabes sobradamente, al igual que el resto de Roma , estoy al tanto de tu vida….al otro lado del Tíber…. – Sabía que mis ojos se abrían pero no ya desencajados sino intentando ser fulminadores, hundiéndose en el interior de los tuyos, en los que divisé una sombra de espanto. Vi como te retraías impulsivamente…. –Todos conocemos tus planes sin necesidad de ninguna conspiración… Tu pariente Filipo, mi propio padre y no digamos tu tío Cotta y Antonio…y como tu salud física y mental se ha resentido desde que estuviste en Alejandría…. No, no lo achaques a tus excesos en las campañas ni a la inacción ni a la edad…. No te engañes… ¿eres tan ciego que pretendes ignorar cuán fácilmente se puede eliminar, mediante el veneno, a personas que no convengan a los funcionarios reales egipcios…? ¿Acaso esperas una fidelidad devota de una persona que ha heredado la tradición familiar de mujeres ambiciosas hasta la carencia de escrúpulos y dispuestas a llegar al incesto de una forma absolutamente natural?.... César….no eres consciente de que cuando la desposes, en caso de viudez, ella se convertirá en reina no sólo de Egipto sino de todo el mundo romano…. ¿Tantos deseos tienes de que todo el trabajo de cientos de años forjado por tantas generaciones de romanos nobles y virtuosos quede destruido por la imposición violenta y despiadada de una sistema funcionarial alejandrino, de la degeneración y el regreso a las castas sacerdotales del Antiguo Egipto las cuales acapararán todo cuanto tus mayores y tú mismo habéis construido? – Estoy segura de que en ese momento estabas contemplando a Hécate fugazmente encarnada en mi persona….o quizás a la propia sibila. – César…. ¿vas a dejar que pisoteen la “dignitas” de tantas familias romanas?... – Tu mirada recuperó la firmeza ….
- Bien…. No pensaba ni debía hacerlo público, pero me has forzado a ello, Calpurnia… He de anunciarte …y te ruego que no lo difundas por razones obvias….que en mi testamento he nombrado al hijo de mi sobrina Atia como heredero….por si yo desapareciera sin un heredero de mi sangre… En tal caso, el mundo romano quedaría asegurado a salvo de esas nefastas garras que tú ves en Cleopatra y su linaje…. – Pero observaste que mi mirada y voz no perdían intensidad ni un dramatismo que ya rayaba la fiereza….
-…. ¿No descartas que pueda llegar a convencerte para que cambies tu testamento?.... ¿O que mande asesinar a tu sobrino-nieto, el cual, lo sabes bien, pese a esa inteligencia de las que todos hablan, es débil y enfermizo?.... Recuérdalo, César. –Ya no me sentía capaz de llamarte “esposo” - …. Una persona degenerada capaz de cohabitar con sus hermanos y que ha aprendido a asesinar desde pequeña es así de previsible…. – Mi voz había alcanzado una cadencia sonora, siniestra…. Lo leí en tu mirada…. No, realmente no me reconocías…. Fui consciente de que había llegado a manipular mi voz inconscientemente hasta utilizarla de una forma más allá de lo puramente humano…. Como ella misma, la propia Isis rediviva…..y supe que en ese momento ya había ganado el mismo grado de ascendencia sobre ti que ella lograra… Sí, sin lugar a dudas …. Comencé a gozar secretamente mi triunfo…. Lo vi diáfanamente en tu expresión, que anunciaba cómo te estabas rindiendo…. Agachaste la cabeza para después postrarte y después enterrarla en mi pecho y así permanecer acurrucado toda aquella noche mientras yo, desvelada por aquella emoción imprevista, te acunaba, protectora….


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